Desde hace unos años, el concepto de agilidad se ha ido utilizando e integrando cada vez más en el mundo empresarial y todas sus esferas. Se trata de una práctica global que está transformando los lugares de trabajo de todos los departamentos y que se ha convertido en algo esencial para el éxito de las organizaciones.
Pero, ¿qué es la agilidad en el contexto laboral? Se entiende por agilidad la capacidad que tiene tanto la empresa como su equipo para adaptarse a los cambios y procesos acelerados e impredecibles, y respaldar así la agilidad individual, estratégica y organizacional.
Cómo se puede aplicar la agilidad en los Recursos Humanos
Según Wayne Tarken, asesor senior del Agile HR Consortium, existen tres componentes principales en los que la agilidad se ve reflejada para el departamento de personal:
- Identificación precisa de necesidades: la capacidad para identificar de manera rápida y sencilla aquellos problemas o necesidades que deban abordarse. A esto ayudará el aumento de escucha y empatía hacia las expectativas cambiantes de los empleados.
- Reducción del tiempo de respuesta: el período que lleva elaborar una respuesta y luego implementarla se verá reducido.
- Calibración de estrategias: la agilidad permitirá la incorporación de un pensamiento más analítico que permita predecir y diseñar programas con mayor probabilidad de éxito, basándose en soluciones personalizadas e individualizadas.
5 prácticas para implementar para agilizar los Recursos Humanos
1. Digitalización del lugar de trabajo
Dado que la fuerza laboral moderna es eminentemente digital, los profesionales de RR. HH. deben aprovechar las nuevas tecnologías y plataformas que permitan crear un espacio de trabajo más productivo y adaptable orientado hacia el progreso de la organización.
2. Explotación de los datos y las encuestas
Saber interpretar los datos que lleguen de todas las posibles fuentes, va a permitir una toma de decisiones mucho más afinada y argumentada. Por ello, la analítica es una de las herramientas más potentes para minimizar las consecuencias de las posibles estrategias que se lleven a cabo.
3. Evaluación y potenciación de las capacidades del personal
Como ya indicábamos más arriba, la agilidad permite dar una respuesta positiva y más precisa a las expectativas y ambiciones de desarrollo de nuestro equipo de profesionales. Las tecnologías basadas en la Inteligencia Artificial, ayudarán a identificar cuáles son las habilidades personales de cada uno, y permitirán crear programas específicos que potencien y expandan dichas capacidades.
4. Revisión y reducción de la burocracia
Una organización ágil no se caracteriza necesariamente por tener menos políticas, sino por tener unas más inteligentes; es decir, aquellas que sean fáciles de comunicar, de difundir entre el personal y de recordar. Desde los RR. HH. se debe ejercer como impulsor de estas políticas y adoptar el papel de educador ante ellas.
5. Gestión del cambio
La transformación cultural es una característica de cualquier empresa que apueste por la agilidad. Las organizaciones deben saber alinear los objetivos comerciales establecidos con las necesidades de la fuerza laboral, y evolucionar en dicha dirección. Una de las mejores formas de conseguirlo es recurrir a las denominadas encuestas de pulso: breves sondeos con regularidad para evaluar las opiniones y la satisfacción de los empleados.
Con todo ello, se puede deducir que una de las prioridades del liderazgo de toda empresa que se precie debe ser la introducción de la agilidad en las funciones del departamento de Recursos Humanos. Este departamento debe ser consciente de los cambios que se producen dentro de la organización para adaptarse a ellos y poder difundir las medidas necesarias que afecten al capital humano de la empresa.