Es posible que, a la hora de mejorar el nivel de idiomas para empresa, el primer impulso sea acudir a una academia de idiomas, ya que nos pueden ofrecer planes de estudio estandarizados con conocimientos básicos, diferentes niveles genéricos… Se trata de una metodología más o menos universal cuyo objetivo único es la enseñanza.
No obstante, esto no es suficiente para los profesionales del siglo XXI, pues ni todos trabajamos en los mismos sectores, ni presentamos objetivos y necesidades idénticos. Por tanto, es necesario recurrir a una institución que vaya más allá en la formación en idiomas y responda a las necesidades reales de cada empresa: las consultoras de idiomas.
A continuación, puedes encontrar las claves por las que elegir una consultora de idiomas frente a una academia:
6 diferencias entre una consultora de idiomas y una academia
1. Enfoque
El enfoque que ofrece una consultora es más profesional y está vinculado a los objetivos, no solo idiomáticos de los alumnos, sino a las metas comerciales y de expansión internacional de la empresa.
2. Plan de formación
La preparación del plan de formación se aborda desde una perspectiva totalmente diferente. En el caso de una academia, es la empresa la que solicita la formación de los grupos.
En una Consultora somos nosotros los que, tras una prueba de nivel, un análisis de necesidades y un estudio de la criticidad en el aprendizaje, sugerimos la manera de distribuir la formación entre los empleados.
3. Consultores Coaches
Consultores Coaches frente a profesores. Mientras que en las academias emplean profesores docentes, en una consultora trabajamos con Consultores Coaches que acompañan a los alumnos a conseguir sus objetivos.
4. Delimitación en el tiempo
La consultora trabaja en un período limitado de tiempo y con unos objetivos determinados. Además de proporcionar formación, la oferta educativa se complementa con una serie de herramientas y métodos especializados como la asesoría, la monitorización y una visión estratégica de los conocimientos lingüísticos a nivel empresarial. E incluso recursos más allá de los conocimientos puramente idiomáticos, como son las habilidades profesionales relacionadas con las presentaciones, las negociaciones…
Sin embargo, la academia no tiene límite de tiempo y, generalmente, su único objetivo es la práctica del idioma.
5. Definición de objetivos y necesidades reales
Los planes de formación de una consultora son específicos y versan sobre necesidades reales y actuales de los alumnos siempre vinculados a un entorno laboral.
En una academia no suele haber un plan específico, sino que son más universales y generalistas.
6. Seguimiento exhaustivo
El seguimiento, detección de desviaciones, evaluaciones y planes de mejora son una parte fundamental del proyecto de un plan de formación de una consultora.
En una academia se suele evaluar tanto la satisfacción como el rendimiento al final del curso.
Está claro que las diferencias entre una academia y una consultora de idiomas son muchas y muy considerables.
Por ello, en Kleinson creemos que es importante que los departamentos de Recursos Humanos trabajen codo con codo con una consultora de idiomas, para focalizar los recursos limitados en las áreas de mayor necesidad de la empresa, y optimizar así el aprendizaje y formación.