3 técnicas para desbancar un falso mito
Es la excusa más típica: “ya soy demasiado mayor para aprender inglés”. La mayoría de los adultos cree que la edad es su mayor obstáculo a la hora de mejorar su dominio del inglés, pero lo cierto es que no hay nada más lejos de la realidad: según varios estudios lingüísticos realizados en los últimos años, en las condiciones adecuadas, los adultos pueden tener incluso más capacidad que los niños para aprender una segunda lengua.
Las investigaciones llevadas a cabo en instituciones como Harvard, la Universidad de Haifa en Israel o la University College en Londres han logrado desbancar este mito y han probado científicamente lo que muchos ya sospechábamos: “las diferencias en el aprendizaje no tienen que ver con la edad o con el cerebro, sino que se deben a que los niños están más abiertos que los adultos a la corrección de errores y a las críticas”. Es decir, que no es “el peso de los años” lo que sufrimos los adultos, sino “el miedo y la vergüenza a la exposición”.
En muchos casos la teoría, la gramática e incluso el vocabulario ya se han aprendido e interiorizado, pero es la práctica, el speaking, lo que no ha permitido que se consolide el manejo del idioma. El resultado es el de haber pasado años aprendiendo inglés y no ser capaz de mantener una conversación de más de un minuto…
Entonces, ¿qué podemos hacer para romper con esa tendencia? En Kleinson, lo tenemos claro:
1- Identificar el problema: ¡basta de excusas!
A la hora de enfrentarse al inglés, es importante saber cuáles son nuestras principales dificultades y dejar de escudarse en cuestiones como la edad. Con el método adecuado y la motivación suficiente, esas dificultades pueden ser vencidas.
2- Perder el miedo: ¡practicar, practicar, practicar!
A los niños les cuesta menos aprender un idioma porque, al contrario que los adultos, los más pequeños no necesitan un proceso cognitivo de lo que están haciendo. En otras palabras, los adultos “piensan demasiado”, necesitan sentirse seguros del cómo, el dónde y el porqué, mientras que los niños son capaces de “lanzarse” sin importarles demasiado por el resultado. Por eso, practicar y estar dispuesto a equivocarse es fundamental. Los “role plays” o la simulación de situaciones reales, son clave para lograr superar esos miedos que nos impiden avanzar con el idioma.
3- Mantener la motivación: ¡no rendirse!
La edad es sólo una excusa, pero el esfuerzo, el tiempo y la dedicación no lo son. Para mejorar y alcanzar nuestros objetivos, hay que trabajar y, sobre todo, creer en que seremos capaces de lograrlo. Por eso, el Coaching puede ser un gran apoyo en el proceso de aprendizaje. Un coach nos puede ayudar a enfrentar obstáculos como la frustración, el miedo o el sentimiento de derrota. Además, logrará potenciar nuestra motivación y nuestro afán de superación.
Existen varios métodos, pero en Kleinson hemos apostado por estas 3 técnicas para ayudar a los profesionales a romper con ese “falso mito” y convencerles de que nunca es demasiado tarde para aprender inglés.
Sea cuál sea la opción que elijas, enfréntate a ello.
¡Ya no hay excusa!