Un mal que se puede combatir
Es uno de los 7 pecados capitales, uno de esos “males” que nos acechan constantemente y que amenazan con perjudicar nuestro desempeño, aplastar nuestro ánimo y rebajar nuestra productividad y nuestras capacidades más destacables. La pereza es uno de los estados más peligrosos en los que podemos caer, no sólo en nuestra vida laboral, sino en cualquier aspecto de nuestro día a día. Y lo peor de todo es que es tan común e “infecciosa” como difícil de combatir, especialmente si no se cuentan con las armas adecuadas para hacerlo.
En la formación de idiomas para adultos, estas armas son fundamentales. Las estadísticas señalan constantemente que la falta de motivación y el desánimo son dos de los principales factores que nos obstaculizan a la hora de aprender y mejorar nuestros conocimientos lingüísticos. Una de las razones de que se genere esta “pereza a los idiomas” es la impresión de que, por más tiempo y esfuerzo que se invierta, no se logra avanzar en la formación. Los objetivos no están claros, el progreso no se ve con claridad, y las horas que hemos pasado estudiando y formándonos parece que se han desperdiciado.
Es entonces cuando aparece la pereza y, a partir de ese momento, las posibilidades de mejora y de progreso en la formación, son casi inexistentes. Ya hemos entrado en un círculo vicioso del que no vemos la salida, y por mucho que seamos conscientes de la importancia de mejorar nuestra capacidad lingüística, nos sentimos incapaces de hacer frente al problema.
Por eso, es tan importante la manera en la que se plantea la formación de idiomas. Los focos de motivación, los objetivos y el afán de superación deben estar siempre presentes a lo largo del progreso, y ser la base fundamental de la metodología de enseñanza y aprendizaje de los alumnos.
Si podemos ver con claridad los logros que vamos adquiriendo, las barreras que vamos superando y las capacidades que vamos mejorando, es casi imposible que nos invadan sentimientos de desidia o desazón. Tampoco aparecerán otros “males” como el aburrimiento o el hastío, porque el ser capaces de evolucionar y adquirir nuevas habilidades nos proporcionará una satisfacción incomparable.
En Kleinson somos muy conscientes de estas dinámicas y por eso nuestra metodología ha sido diseñada teniendo en cuenta la motivación y el establecimiento de objetivos como técnicas clave para la formación. Sabemos cómo combatir la “pereza a los idiomas” y tenemos el remedio para que sus síntomas no vuelvan a aparecer.