Es cada vez más frecuente escuchar el término coaching empresarial, o entrenamiento empresarial, en el entorno de muchas organizaciones. Esto se debe a que está incrementando el número de empresas, con independencia de su sector, que están recurriendo a este método como nueva forma de abordar la motivación de sus empleados y mejorar el rendimiento, así como la consecución de los resultados establecidos.
Sin embargo, antes de nada, ¿sabemos realmente en qué consiste el coaching empresarial y cómo se emplea en el mundo empresarial?
¿Qué es el coaching empresarial?
De la misma forma que el coaching en términos generales, el coaching empresarial se basa en un conjunto de técnicas mediante las cuales un coach, o preparador, acompaña a una empresa para facilitar un aprendizaje que ayude a llegar más rápido desde una situación A, la actual, hasta una B, la deseada.
Si esto lo aplicamos al caso de las empresas, este proceso se traduce en el desarrollo de competencias, la potenciación de habilidades, la definición del lugar de cada persona dentro de la empresa, la obtención de resultados eficientes, o el aumento de la productividad, entre otros.
En Kleinson, partimos de la premisa de que la transformación de las empresas es inviable sin la transformación previa de sus empleados, ya que el cambio en un individuo puede repercutir en el entorno que le rodea; es decir, un efecto micro que se ve reflejado a un nivel macro.
Para qué sirve el entrenamiento empresarial
- Obtener claridad sobre lo que se quiere y cómo obtenerlo
- Explorar y evaluar las opciones disponibles
- Definir estrategias y técnicas que te facilitan alcanzar el objetivo
- Superar obstáculos en el entorno empresarial
- Ganar autoconfianza y seguridad propia
En cuanto a las técnicas de este entrenamiento empresarial, habrá algunas orientadas a los ejecutivos o directivos, mientras que otras serán más adecuadas para los miembros del equipo.
¿Te gustaría empezar a trabajar con ello? Desde Kleinson queremos darte las mejores técnicas de coaching empresarial:
Técnicas de coaching para empresas
1. Escucha activa
Escuchar siempre ha sido uno de las mejores formas de prestar atención a lo que pasa a nuestro alrededor. Por ello, la escucha activa se presenta como uno de los elementos indispensables de cualquier proceso de coaching empresarial, ya que permite al coach entender y conocer lo que cada miembro de la empresa espera. Además, mejora la comunicación entre todo el equipo.
2. Lluvia de ideas o brainstorming
La lluvia de ideas es quizá una de las técnicas más extendidas entre los equipos y entornos creativos. Puede ser una manera perfecta de hacer partícipe a todos los miembros del equipo en la toma de decisiones de la empresa sobre cuestiones como, por ejemplo, el lanzamiento de nuevos servicios o ideas de marketing. Contar con la opinión de quienes conocen la materia, devuelve resultados muy positivos.
3. Establecimiento de objetivos SMART
En muchas ocasiones, la falta de estructuración y de definición clara de los objetivos de los proyectos, así como lo que se espera del trabajo de cada miembro del equipo, es un motivo de peso que puede condicionar el éxito de los resultados.
A este respecto, el coach establecerá unos objetivos conocidos como SMART, que ayudan a concretar objetivos específicos, medibles, alcanzables, relevantes y determinados en el tiempo. De esta forma, cada meta quedará mucho más específica y detallada para el entendimiento de todos.
4. Motivación grupal
La motivación es fundamental en el coaching para empresas, ya que sirve para incrementar la implicación en el trabajo en equipo dentro de los proyectos. Como líder, una de las labores principales es saber cómo reconocer y premiar los logros de las personas, al tiempo que se empatiza con las necesidades de todos.
Existen diversas prácticas que fomentan esta motivación como, por ejemplo, aquellas destinadas a conciliar la vida profesional con la privada, a promover el crecimiento profesional, o a implantar la flexibilidad horaria.
5. Conexión emocional
Promover una comunicación fluida y accesible entre los diferentes miembros de un equipo es esencial para crear una empatía en el grupo. Esta conexión emocional les permitirá abrirse al resto y mejorar el trabajo con sus colaboradores. Por tanto, se trata de una magnífica herramienta para fomentar el teambuilding.
6. Exposición en grupo
Una de las principales finalidades del entrenamiento empresarial es detectar y desarrollar determinadas habilidades entre los miembros de tu compañía. Las exposiciones grupales son prácticas de coaching perfectas para detectarlas. En ellas, el coach elegirá un tema a resolver para que los miembros del equipo lo preparen, desarrollen argumentos de defensa y lo expongan delante del resto de trabajadores.
7. La línea de la vida
Sirve para el autoconocimiento y la reflexión sobre uno mismo. Consiste en representar de manera gráfica todos los acontecimientos que hayan influido de manera sustancial en la vida de los miembros de la empresa, ya sea tanto en el ámbito profesional como en el personal. A través de preguntas como «¿Qué cambios se produjeron tras vivir una experiencia?», «¿qué se perdió/ganó?» o «¿se han superado ya las consecuencias?», se puede comprender y gestionar determinadas emociones generadas a raíz de dichos acontecimientos.
8. Asignación de responsabilidades y creación de compromiso
Saber qué papel desempeñamos dentro de una empresa o un proyecto, así como la definición de nuestras tareas específicas es algo que todos los miembros de un equipo valoran para saber hasta dónde llegan sus responsabilidades. De este modo, se consigue incrementar la implicación con el trabajo que cada cual vaya a llevar a cabo.
9. Feedback constructivo y reconocimiento del progreso
Tan importante es premiar y reconocer los aspectos positivos del desempeño de las tareas de cada uno –ya que se da a conocer el punto en el que se encuentran el trabajo de cada miembro– como señalar aquellos que se deban mejorar. Sin embargo, es necesario saber hacerlo de manera constructiva; es decir, no vale con comentar qué se está realizando de manera errónea, sino que hay que aportar posibles soluciones para corregir los fallos de forma inmediata.
10. Monitorización de resultados
Está más que demostrado que la fijación de objetivos a largo plazo sin ningún tipo de control no es efectiva y puede dar sensación de abandono. Es importante ir estableciendo revisiones periódicas para controlar las acciones que se van realizando, así como para ver la evolución de los proyectos. La calendarización de estos controles permite, además, poder rectificar a tiempo aquellos aspectos que no se estén realizando adecuadamente.
Tal y como podemos observar, este tipo de coaching y sus técnicas son una buena opción para mejorar el funcionamiento interno de las empresas y su rendimiento. Además, es muy beneficioso para cohesionar los equipos y alinear sus motivaciones con los objetivos de la organización.